No se si los demás tienen el mismo problema o el mismo punto de vista, pero yo vivo relativamente feliz (porque ya se sabe que la felicidad viene y va) y asi de buenas a primeras me empieza a entrar una mala ostia y cabreo de cojones... Eso si, en cuanto apago la tele el pulso me vuelve a su ser y los colmillos se retraen.
Cada día las ondas televisivas, y bueno informativas en general, nos alteran la mente más que una pirulilla. Porque se trata de un proceso continuo, machacante, que me recuerda mucho y atrozmente a la "naranja mecanica". En este caso nuestro, no nos ponen pinzas para sujetarnos los parpados, pero si (y esto es peor) nos atraen con cotilleos, concursos, o peor aun (como sucede desde hace poco con las operaciones a tutiplen).
Como bien dijo mi hermano, hace un par de semanas, saliendo del futbol. Gritar, espulsar unos insultos (da igual a quien sea, tuyos contrario o arbitro) te deja mejor que un sesión de yoga. Porque lo que necesita la gente, es liberar un poco el estres.
O sino, unos dias de vacaciones (con atasco incluido, que la procesión es solo el comienzo del camino) para levantarse a las ocho de lamañana para coger buen sitio en el buffe y ponerte hasta el culo de todo lo que te comes normalmente en una semana (bueno hay algunos que vienen con cierto entrenamiento), para luego correr a la playica tumbarse en la arena ardiente, la grasota de las cremas (factor 200 para los blanquitos y de zanahoria, que broncea, para las tostadas) que atreae a todo bicho y grano en el aire. Y nada de meterse en el agua, que dicen que hay bichos que te pican y te mueres (como no sea algun picanton con el asta bien iniesta). Así durante, cinco seis horas, al puto sol (que la era de los dinosaurios acabo hace años ¡lagartos!)(¡Uy! nos habran invadido los de V). Con el cuerpo rojo, que te escuece todo y no puedes dormir.
Así con todo esto te pones a gritar como un poseso, y se te quita la mala hostia, al menos un rato.
