lunes, 31 de marzo de 2008

1991-1994 XLVIII

Lágrimas y sollozos,
encogido y asustado.
Abrazado a mis piernas
y la cara entre las rodillas.
La luz de la calle
avanza lenta hacia mi.
Me arrastro
hacia la oscuridad
divina morada.
La vida con alguien
es aun soportable,
mas en la soledad,
que me hunde,
es preferible la muerte.
Como un zorro acorralado
temblando de fatiga y miedo
espero una punzada
de dolor y olvido.

sábado, 29 de marzo de 2008

La creación universal

Desde tiempos remotos, vamos hace un par de minutos, me he cuestionado si mi pobre capacidad de crear cosas, es necesaria. Empecé como un juego, un divertimento casual. Poco a poco el tema se fue complicando, incluso siendo yo tan despistado no se si algún proceso lo he hecho correctamente (seguro que no, y así salen las cosas).

Aún siendo mediocre en mi singular y alocada creación, no del todo se ha perdido la belleza, creo.

viernes, 28 de marzo de 2008

1991-1994 XLVII

Un día cortaré la ultima flor
y la naturaleza me gritara su dolor.
Me juzgara y me encontrara culpable,
pues lo soy.

jueves, 27 de marzo de 2008

Orvieto 2005

Orvieto

Paranoia - 6 -

Todos clavan Sus afilados dientes en mí cuerpo. Solo queda por cerrarse mi cabeza y algunos persisten en llegar a ella. Está echa un asco, llena de arañazos y su abertura es viscosa y latente, el ojo que me cuelga, le da aún más -atrocidad, que es casi imposible. La recomposición de mí cabeza parece enloquecerles, se aterren y me atacan e intentan abordarme. Ya estoy unido, lo siento, noto esa energía en mi interior. Soy alguien nuevo, poderoso, tan fuerte me siento que voy a echar a estos intrusos fuera de mis cercanías. Me agito fuerte como un látigo, rápido como un rayo, y endurezco mi piel al máximo, lisa y dura como el mármol, resbaladiza como el suelo encerado, y ellos van cayendo al suelo, golpeándolo - con la cabeza, la espalda y, algu­nos que caen de pies salen corriendo aterrorizados, tambaleándose, tropezando y rodando por el suelo. A todos los que están tirados junto a mi los expulso a patadas, barriéndolos fuera de la habitación. ¿Quien me tira del pelo? ¡Ah!. Mis manos llegarán a ti ¡Cerdo cabrón!. Mis dedos lo tocan y lo atraviesan, y me arden manchados de su sangre; con un codo cierro la puerta, y uno de ellos en un último intento por quedarse dentro, salta hacia mis dominios, se ve pillado entre las maderas de la pesada puerta y el cerco de ésta misma. A los pocos instantes, un hilillo de humo sale del lugar donde él habia reventado, era como el consumirse de un cigarro.

sábado, 22 de marzo de 2008

1991-1994 XLVI

La tierra da vueltas
y mi cabeza con ella.
Con la luz del alba
todo parece bello
y por un momento
olvido todos los dolores
pensando que cada día
es una nueva oportunidad.

viernes, 21 de marzo de 2008

Paranoia - 5 -

¿Quien me ciega?, Eres uno de ellos ¿verdad?. Sois cobardes, atacando por la espalda, cuando duermo o cuando caigo moribundo. Siento como clava sus dientes en la bola blanca, catalejo de mi visión. Y yo con mí mano más cercana, que no sé cual de ellas es, le atrapo y tiro con fuerza de él, pero no suelta. No quiere perder su comida, su trofeo. Si le aprieto o le estrangulo sé que estallará, derretirá mi cara, y aunque le haya aplastado, yo perderé. Con el sonido de un corcho, mi ojo sale de su cueva, el nervio le sigue, estiro mí brazo todo lo más que puedo, el nervio goteando se tensa como una cuerda de violín, al máximo, a punto de romperse, pero él no deja libre la presa, es un cazador incansable. Mi otra-mano desde lo lejos, llega a alcanzar su cabeza, y con los dedos estrujo su mandíbula, y le grito como puedo, que suelte. Unos forcejeos, unos gruñidos, y cambia de presa. Ahora es uno de mis dedos objetivo de su destrucción.
Mientras todo esto ocurre, los demás me atacan en masa. Por la herida que es mi cuerpo. Estando tan concentrado en el cazador, no me doy cuenta de ello. Mi cuerpo lucha por aguantar el asedio con convulsiones, expulsiones de bilis, ácidos gástricos y toda clase de impulsos musculares. Pero ellos ya parecen decididos a terminar conmigo, no quieren jugar más. No les hace gracia ya. Mi cuerpo dificultosamente se va uniendo, tiene que cerrarse, no dejar entrar a ningunmás. Es un lucha infernal

jueves, 20 de marzo de 2008

Ya volví

Estos días he estado de viaje de trabajo en Oran. He intentado escribir algo con la pda pero no me dejaba.tengo que tunearla para ver si me deja en otra ocasión. Lo bueno es que he conseguido salir de allí, que la cosa era complicada. Al final via Fracia he conseguido volver a mi casita... Eso si para irme el lunes a Almeria (otra vez el trabajo!).

Que no sea por kilómetros, que el mundo tiene muchos.

martes, 11 de marzo de 2008

1991-1994 XLV

Si en un día oscuro
me volviese loco,
quisiera comprensión
y cierta paciencia.
O si tan sólo cayese
en una incomprensible depresión
quisiera una ayuda,
un apoyo moral.
No te exijo
ni te pido
que me ames
únicamente lo deseo.

domingo, 9 de marzo de 2008

De nuevo la uni


El viernes iba buscando un sitio donde tomarme un café, en Mieres, y caí cerca de la universidad. Allí entre, y no había ni un alma (bueno algún fantasmilla sí). Ya en la cafetería pedí mi café y un bollito, y como me esperaba el precio estudiantil no se ha perdido. Vamos, que barato para lo que ahora se estila.

Allí me encontraba sentado en una mesa y sintiéndome como hace media década. Cuando me sentaba con mi café, mis cigarrillos y papeles para escribir. Con los ojos observadores a todo lo que se movía en el escenario real. Con los oídos envolventes para captar palabras de los murmullos.

Así con esa antigua sensación volví a sacar unos papeles (los cigarrillos no, que he dejado) y en un momento salio esto.

En un reencuentro
con aquellos pasados días
de café, humo y letras
sentado en un universo,
paralelo que la juventud
crea a su alrededor.
Los sentidos se agudizan
como lo fueron antes,
como miraban antes,
como escuchaban antes,
así como creaban
del humo antiguas historias.
Con rapidez vuelve
la mente a trabajar,
a montar palabra
tras palabra.
Que de nuevo el sentido,
la coherencia de ideas
brilla por su ausencia.
Es verdad, que el pez
que vuelve al mar
recuerda como
nadar con las olas.




En segundos la tinta
como sangre negra
cubre el papel.
En mi cabeza, como miles de destellos,
refulgen ideas,
como notas e musica,
que ya no me dejan.
Son palabras viejas que perviven
y son otras nuevas.

sábado, 8 de marzo de 2008

Paranoia - 4 -

Ellos han trabado la puerta y lo mismo habían hecho con las ventanas. Pero ¿también los respiraderos?. No sé, si quieren cogerme en cualquier momento. Si intentara escapar, me cogerían y entonces ya no podrían jugar más, acabarían el juego. He de combatirlos, si eso, matarlos , aniquilarlos. Me repongo y les miro con la cara desencajada de furia, pero ello no parece -asustarlos, sino más bien ríen enseñando sus sucios dientes afilados. Avanzo rápido hacia ellos golpeando fuertemente el suelo y les grito, y todos en desbandada corren a esconderse. Entonces yo también corro pero no a por ellos sino a mi habitación, algunos, los más atrevidos, me siguen detrás dando saltos. Freno en seco antes de entrar, doy media vuelta y les ataco con los pies, y. ellos huyen hacia el-salón gritando, tan fuerte, que enloquece, pero no me duelen los oídos sino dentro de la cabeza, un pitido tan horriblemente doloroso. Regreso a mi cama, me siento y miro hacia allá afuera donde están ellos. Oigo ruidillos deba jo de mí y siento que hay alguno de ellos. Agacho la cabeza y veo como dos de -ellas se comen un tercero medio aplastado por mí; ellos también me ven a mí, y se asustan. Sin soltar a su compañero muerto, salen disparados, cada uno en dirección contraria. El trozo de cuerpo que sujetan con la boca, se parte en -dos con un sonido desgarrante. Como si ese fuera yo, siento como mi cuerpo se -abre, se resquebraja de arriba a abajo, y saltando al aire mil gotas de mí sangre oscurecen la habitación, ellos las beben y se mojan como si estuviesen bajo la lluvia...Hundo las rodillas en el colchón, alzo los brazos, e imploro a mi cálida sabia. que vuelva a mi, a su hogar. Gota a gota van entrando en mis -venas abiertas, ahogadas por el rancio aire; y en él como gérmenes, como bacterias, como virus apestosos; llenos de odio, ávidos de carne, ellos penetran para corroerme, quemarme. Ahora siento algunos de ellos entre mis vísceras, tengo que sacarlos entes de que me hagan más daño. Con mis manos me aprieto mis entrañas ,y van saliendo escurriendose entre mis dedos, aún aprieto más. ¡AAAHH! ¡Mamón! Aún estaba dentro, y ha explotado; me abrasa, y el dolor jamás cesará. ¿Por qué debo sufrir si no he echo mal a nadie?, y aunque hubiese sido así ¿No es excesivo éste sufrimiento?.

miércoles, 5 de marzo de 2008

1991-1994 XLIV

Mis ojos al cielo
y la copa de un árbol
baila con nosotros.
Los faroles nos llegan tenues
pero algo nos dejan ver.
Tus ojos a mi,
los míos a ti.
Con palabras susurradas
nos entendemos.
Es rápido, es intenso.
Se convierte en infinito
mientras acaba,
mas aun nos parece
excesivamente corto.

martes, 4 de marzo de 2008

A veces veo cosas

Es normal en mi caso, ver determinadas cosas a lo largo del día (aparte de los pequeños instantes de clarividencia). Pero hoy, tras adentrarme hacia un puerto de montaña (vamos carretera casi perdida) me he encontrado con un lobo. Si uno de verdad, y vivito y libre. Una pena que haya escapado tan rápido a mi superrafaga de fotos que le hubiese echado.

Es una maravilla cuando me puedo escapar un ratillo del trabajo y buscar por los lugares por donde voy, alguna imagen que retratar. Aunque si nieva y se corta la carretera a marchas forzadas, como hoy ha pasado, la cosa no es para alegrarse.

No se si tendré mucho más tiempo libre los próximo días. Pero bueno, algún minutillo si que tendré (creo!).

sábado, 1 de marzo de 2008

Paranoia - 3 -

Despierto, siento y veo como sangro; como las sabanas se tiñen de rojo oscuro. Grito con los pulmones explotando, pero no sé si es por la pesadilla o por la realidad que veo. Mis ojos se desorbitan y creo que se escaparan lejos de mi cara y la nariz y las orejas quieren seguirlos. Abro mi est6mago con las manos, ven la luz e intentan esconderse; los saco a puñados y muerden mis dedos; algunos suben a mi boca y los escupo. Hasta que no queda uno en mi, no cejo en librarme de ellos. Aún cuando están fuera por el suelo corriendo a esconderse, los piso y los machaco aunque su sangre, si lo es, me queme los pies desnudos y marcados por sus mordiscos. Los persigo por toda la casa, y ellos huyen aloca-dos en todas direcciones. Salto hacia ellos con las manos abiertas para agarrar los, pero son tan rápidos y pequeños que escapan entre mis palmadas, se esconden detrás de los muebles, plantas o cualquier lugar, e incluso algunos se me ten dentro de cualquier objeto, o en las paredes, el suelo o el techo.

Miro a mi alrededor, les enseño mis puños y la cara enfurecida. Me tienen atrapado, acorralado. Les tengo miedo y ellos lo saben. Podrían atacarme todos a la vez y acabar conmigo; pero no lo quieren así, están jugando y yo soy su juguete. Voy acercándome a la puerta de la calle, dando vueltas, observando todos los movimientos de mis enemigos. Mí mano se acerca al pomo, lo siento gélido. Al mismo tiempo que vigilo el lugar, sus desplazamientos, sus miradas intento abrir, pero la puerta sigue en su sitio. Quito los cerrojos y vuelvo a girar varias veces seguidas, pero como antes, las bisagras no chirrían. Oigo un pequeño ruido detrás de mi, me doy la vuelta agitando las manos, ahí están, frente a mi, formando un semicirculo a mi alrededor. Ellos son muchos y yo solo uno. Mi espalda golpea la entrada y mi mente comienza a pensar en como salir de aquí.