Tejido de nuevas imágenes
dispersas facciones
comunes a la esencia.
Contradicción a la regla
de la comunidad ideal.
Elección de lo diferente
interno a lo extremo.
Dando contestación
a falta de pregunta:
Ni si mismo
sino todo lo contrario.
Probado lo imposible
dentro de la existencia
creando nueva realidad.
Volviste a mi más fuerte,
rechace de nuevo tu fe.
Cargaste con violencia,
respondí con silencio.
Confinaste mi alma
en la piedra,
goce de su esencia.
Aniquilaste mi cuerpo,
regrese eterno.
Ni perdiste, ni ganaste;
perdí y gané.
Preparación: Se ponen a cocer los espaguetis con un puñado de sal y un chorrito de aceite en una buena cantidad de agua.
Ponemos en una sartén aceite casi cubriendo el fondo. Cuando este caliente echamos unas setas y media cebolleta cortada en tiras. Mientras picamos unos dos o tres dientes de ajo y el resto de la cebolleta. Esto lo mezclamos con la carne picada, cantidad de pimienta al gusto y un poquito de sal. Cuando la cebolleta esté un poco mas que dorada, echamos La carne en la sartén. Sofreímos un poco y echamos el tomate. Removemos todo al echarle tomillo y orégano, y lo dejamos unos minutos para que la carne termine de hacerse.
Mientras los espaguetis Se han ido cociendo. Antes de escurrirlos hay que comprobar que estén bien hechos. Les quitamos el agua, y en la misma cazuela echamos un trocito de mantequilla para que se derrita. Sobre esta volvemos a echar los espaguetis con otro trozo de mantequilla y lo removemos para que se mezcle bien al derretirse.
Para servirlo ponemos la salsa de carne sobre los espagueti, y si se quiere un poco de queso rallado.
Para dos personas con 200 ó 250 gr de carne va bien, y de tomate igual. La cantidad de pasta dependerá del tipo que se elija; espaguetis, macarrones, tallarines, etc.
Es raro el mundo a mi alrededor
o soy únicamente yo?
Serán tan extraños a mi
como lo seré yo a ellos,
pero les veo tan clónicos
elementos del mismo patrón.
Quizás sea presuntuoso
al verlos sin una propia identidad
y sentirme el patito feo.
Siento que ando siempre
en una cinta de Moebius,
puedo ir deprisa,
ir despacio o al revés
y las ideas son las mismas de nuevo.
Dudo constante mi opinión
y sin duda en todo momento
comienzo y termino en un mismo lugar
equilibrada la balanza.
¡Claro que deseo!
tanto o más que los demás.
Claro que no son los mismos,
tan diferente soy a los demás.
¡Claro que lo siento!
quizás no igual que los demás.
Claro que me duele,
mi cuerpo es como los demás.
Escaleras de altos peldaños,
se sube al cielo.
Mira a su alrededor
y la soledad le envuelve.
Mira bajo sus pies
y están allí todos.
Esforzado al último aliento,
resultando un preso de su unidad;
y desea volver escalera abajo.
Ahí comienza la lucha
unos que intentan subir
él que desea bajar
y entrechocan sus cabezas
repetidos los golpes
hasta llegar a reventarle
y creer usurpar su lugar.
Siempre tenemos un grito de socorro
una protesta en nuestros labios
necesitamos tanto un nuevo deseo?
Podríamos vivir sin ellos?
Quizás viviríamos mejor,
pero ya no seriamos nosotros.
Las mujeres tan semejantes a los hombres
puzzles que siempre necesitan más piezas
engranajes moviéndose en el aire
impenetrables métodos de mentira
vida llena de medias insinuaciones
incontables deseos
y en el fondo tan diferentes en si mismos.
¡Que relativo mundo!
Tan pequeño ante ellos
Tan grande dentro de ti
¡Que hermoso mundo!
Cielo gris, melancolía
minutos de alargados segundos.
Abrazando a uno mismo
pensando en...
...intentando no pensar.
Fina lluvia, un reloj
frío o calor?, ambiente húmedo.
Sentado en un reducido espacio
mirando al pasado
recordando el futuro.
Por qué no guardaste una fotografía mía?
Por qué no grabaste mi nombre junto al tuyo?
Ya es terrible tener tu imagen en mi mente.
Ya es doloroso cerrar tu nombre en mi corazón.
Por qué deseas torturarme aún más?
Por qué he de morirme aún más?
Me tiemblan las manos
tocando el acuoso cristal
de mi celda privada
creada por mi piel
mutable por mis sentidos
insoportable por mis deseos
y tanto más quiero escapar
más gruesa se hace,
aislando mi alma
formando costras en mi pellejo
desconchadas con el tiempo
en la soledad de un profundo pozo
de donde resurgir asfixiado
renovada la barrera invisible.
La realidad rompe los sueños
para bien o para mal.
En un instante lento
se acaba la felicidad
deseada para siempre.
Se intenta dominar la ira,
se traga uno la desesperación
y consiente con la mirada perdida
la despedida.
Ya lo veo todo tan distinto
el gris de las brumas
desaparece de mi vista.
El renacimiento
de nuevo me llena
el alma de ilusión.
De nuevo la sangre
llena mis arterias
y las venas
palpitan bajo la piel.
Nuevos impulsos
dentro del cráneo.
Nuevos deseos
dentro del corazón.
Los rayos del sol
pintan con brillantes colores
la yerba en los campos
la roca en las montañas
y se reflejan el cielo
en lagos y nieve.
Vivo todo a través
de un caleidoscopio
que gira y cambia
y todo lo hace nuevo.
Nueva savia rezuma por mis yagas
cicatrizando la vejez.
