miércoles, 21 de diciembre de 2011

Un ultimo aliento

Notaba como perdía mis fuerzas, en una batalla contra aquellos sentimientos tan apocalípticos. Sus cabellos se entrelazaban en mis manos mientras acercaba sus labios a los míos. Y sus ojos me veían por dentro, miraban directamente al centro de mi corazón. Allí donde residía el miedo a perderla. Tímidas palabras salieron de mi boca, convertidas en un leve susurro por la falta de aire en unos pulmones agarrotados, en un cuerpo tembloroso. Lagrimas brillantes comenzaron a brotan de mis ojos, fijos en su dulce belleza. Hipnotizado por su completa armonía. En ella residía mi vida, había sentido su presencia desde siempre. Aun estando lejos y sin conocer de su paradero, mis pasos me habían guiado hasta aquel instante. Hasta estar entre sus brazos y perdidamente atrapado por su cuerpo. En aquel abrazo no veía enjugarse sus ojos, ni temblar sus labios por el miedo, pero sentía que ese sentimiento estaba allí. Ese miedo compartido de nuestra perdida, de una separación definitiva. Mis latidos empezaron a alejarse de los suyos y ella noto que ya había acabado nuestro momento. Solo quedaba decirse adiós, en susurros, en un ultimo beso cálido.

jueves, 1 de diciembre de 2011

De nuevo de viaje

Si ya estaba agustito en casa y con mis niñas. Ahora me mandan a las Azores. Sí, de donde vienen los anticiclones. De esas islas en mitad de la nada.

En fin a currar donde le digan.