sábado, 17 de enero de 2009

1994-1997 LIX

Sobre lo que había sido su vida
la poesía lo había dicho todo.
Sin un descanso que fuera cómodo
recorrió lugares siempre escondida.
Gritar,
un día pudo hacerlo.
Llorar,
un día dejo de hacerlo.
Sin recordar como había sido
tampoco sabía como sería.
Siempre a alguien necesitaría
aunque todos ya se habían ido.
De un día a otro
había cambiado.
De un día a otro
había olvidado.
Nunca podía estar
sola sin dejar
por un momento de pensar.
Encerrada por un sin saber
de como un engaño
que no quiso él daño
por no querer quedar si haber.
Si de él poco se ha hablado,
es por una gran pena
de la que aquí ha quedado.
Desgarradores
amores
ha habido
y habéis oído,
¿Y sentirlo?
¿Llegaríais con fervor a pedirlo?
Sí, sí.
Habríais de necesitarlo
si odiaseis a quien debieseis amar
sin remediar
el hecho de deber evitarlo.
Era difícil resistir.
Era fatigoso no ir.
Era dolor vivir.
De ambrosía llenaba el cuerpo.
De pesadilla llenaba el sueño.
Recomponía sus vestidos
con maña y salero.
Cantando, cosiendo
iba moviendo
las manos, los dedos,
enhebrando largos hilos.
mientras, con el tiempo
dejaba de encontrarse
en un lugar quieta.
Aliada con el viento
volaba hacia el horizonte
con la mente inquieta.
Sin un futuro esperado
abandonada por la esperanza,
en un viaje siempre inacabado.
de un lugar a aquí,
de aquí a allí,
de allí a un lugar.
En espiral hacia arriba,
de pluma la caída.
Con una vida por extinguir,
caminando hacia donde ha de ir.

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