miércoles, 28 de enero de 2009

1994-1997 LXVI

Desde mi alto mirador
al horizonte donde acaba el mar
existe mi reino.
Sopladas desde el interior
henchidas de mi aliento.
Cortando cual navaja montera
el cuerpo de las olas.
Alimentando sus bodegas
de mis propias entrañas.
Ociosos en navegación en océanos.
Temerosos de acercarse demasiado a mi.
Y las miro
y las llamo
a todas las embarcaciones.

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