jueves, 6 de septiembre de 2007

Dieciseis

...el denso aroma de tu piel me transporta. Con tu mirada se pone mi cuerpo a temblar. Poco a poco nos acercamos el uno al otro, sin darnos cuenta ya estamos abrazados. Besas con caricias mi cuello, mi mejilla. Me susurras al oído. Todo mi ser se pone nervioso y te intento tocar o besar aunque se que no debo, que no puedo. Esto no hace sino excitarme aun más.
Nos separamos aun sabiendo y sintiendo que deseamos quedarnos piel contra piel toda la noche y despertar abrazados...

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