jueves, 6 de septiembre de 2007

Que malo es el deporte

Ayer, en mi insensata estupidez, me fuy a correr para perder esa masa corporal que orbita alrededor de mis musculos (vamos, que estoy rebosante). Asi, después de una jornada laboral de lo más entretenida, salí hacia casa en plan Rocky (pero más bien como el de la septima entrega). Al principio, bien, los musculos respondian, los pulmones me daban aire y el corazon latía a un buen ritmo.

2 kilometros más adelante (y me parecieron eternos), los musculos ya botaban solos, los pulmones (que los tendre renegros) ardiendo y el corazon a muchas más revoluciones de las recomendadas en el prospecto. Los sudores eran, claro, abundantes, así como la sensación de gilipollez supina, al haberme metido en este embolao.



Ah! pero no eso todo, que ya por ser más capullo todavía (sería que la sangre no me llegaba bien al cerebro, ¿y cuándo sí? peguntareis) al llegar a casa unas abdominales y esas cosas. Y ponte luego a recoger un poco la pocilga de la casa (ahora ya es solo "pocil"), y la cena y la comida del día siguiente (muy rica, por cierto).


Por lo que, ahora mismo tengo unos dolorcillos. Pero bueno, después de otros dos kilometros más ya será menos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo empece asi a salir a correr con amigos y ya llevo 2 años y encantado,me viene muy bien eso si hay que ser constante porque en invierno sobre todo es duro,animate y sal a correr
ANIMATE