miércoles, 9 de enero de 2008

Treinta y seis

...durante unos segundos el tiempo me pareció no existir, tu abdomen estaba unido al mio, por la superficie de nuestra piel resbalaba el mismo sudor. En esos instantes nuestros mundos explotaban, cada fragmento de nosotros cayendo en uno, único. Después nos cruzamos la mirada, nuestras respiraciones se alejaron una de la otra, nos besamos para no desaparecer y quedarnos abrazados...

No hay comentarios: