jueves, 17 de julio de 2008

1991-1994 LXXIII

Eres tú la princesa
que aquel viejo
prometió enviar
en mi juventud,
para enloquecerme
con ardices amorosos
y la belleza imposible
de las esculturas griegas.
Eres tú el cebo
de aquel pescador
que no le importa
romperme el corazón.
Dulce carnaza
para un hambriento tiburón.
He picado el anzuelo
y no quiero salir
de estas redes.
Aunque se que
me puedo partir
en dos.
Eres una suave droga
que me está matando
lentamente, y sin querer
me desgarras
con tus caricias.
Aceleras mi corazón
con un simple roce
de tu suave piel.
Y si no estás a mi lado
pierdo la vida pensando,
soñando con tus palabras.
Has hecho de mi tu esclavo.
Soy tu sirviente
amante de su señora
y no me importa.

No hay comentarios: