lunes, 8 de septiembre de 2008

1991-1994 LXXXII

La marea de tu pecho
como el mar me atrae,
y de tu piel, su olor.
Deja que me embriague
de susurros en tu voz
y sentir tu oleaje.
Encallado mi barco
sobre tu arrecife
y yo enloquecido,
sin mas que el abordaje
perdiendo el sentido
en tu bello paisaje.
Quedarme aquí quiero
y busco el anclaje
quedándome ciego,
hasta que acabe
mi cuerpo olvidado
o hasta que olvide
estar enamorado.

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