lunes, 15 de septiembre de 2008

1991-1994 LXXXVI

HOLA Y HASTA MAÑANA
Aquella mañana no dijimos hola
pero entonces hicimos señales.
Tú no querías estar sola,
entonces estábamos iguales.
De allí aquí
has sido para mi
fruta de todos los colores
en todas las estaciones.
Fuerte como una manzana,
dulce como las uvas,
sensual como las fresas,
y como el limón que sana.
Estas como para comerte,
cada día eres mi pan
y día a día quiero tenerte.
Eres tantas cosas para mi,
mi madre, mi hija, mi amante,
que solo pienso en ti.
He intentado enseñarte
todo lo que yo sé.
He intentado aprender
todo lo que tú sabes.
Nadie puede saber
lo que sentimos,
porque solo nosotros
lo podemos entender.
Quiero darte a ti
tanto como a una dama,
y decirte siempre,
hasta mañana.

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