miércoles, 4 de noviembre de 2009

1997-2000 XLII

Alguien quiere jugar
el sol baña el cielo
las nubes dibujan
sus deseos.
Volando con el viento
miles de flores
adornan su pelo.
Sus ojos como esmeraldas
que no dejan de brillar
mirando al horizonte,
sus labios como cerezas
siempre con la sonrisa
hablando dulcemente.
La hierba refrescando
sus pies descalzos
mientras está bailando.
Los pájaros que cantan
desde el amanecer
hasta el atardecer
los pájaros que cantan.
Sus largas piernas
que a pequeños saltos
hacen danzar los vuelos
de su estampada falda.
Con sus brazos alargados
girando en el aire
y sus manos abiertas
siguiendo en el aire
mariposas, mil colores.
En lo alto del cielo
entre esponjosas nubes
ilumina el sol
sonrosadas sus mejillas.
En su interior una fuente
riega sus deseos.
El agua de la vida
rejuvenece su piel
de seda blanca,
que se refleja al cielo
en el cristal de un lago
tranquilo y transparente.
Ligero aroma de azahar
revoloteando derredor suyo.
Mecida por una marea verde
de yerba y tréboles.
Adormecida entre trinos
cierra los párpados,
respira profundamente,
tiembla en sus labios
una casual esperanza.

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