miércoles, 11 de noviembre de 2009

1997-2000 XLIV

Vagamente recuerdo existir,
tal día aquel
deje de hablar
ya no podía escuchar,
perdí de vista todo
no sentía mi piel
ni sabor tenían las cosas.
Volví la espalda
a mi carne
tumefacta, corrompida.
Arañando la tierra
con manos en hueso
buscando un rayo de sol
o estrellas en el cielo
con los pulmones ardiendo
esperando un fresco aliento,
un grito de eterna libertad.

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