Veinticuatro
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Historias
...con una mano en la cintura, la otra buscando un pecho. Las piernas enredadas y los sexos tocándose. Besos voraces, algún mordisco, mientras se aprietan más los cuerpos. El desenfreno cortado con la respiración jadeante, y excita aun más. La lengua entre los labios que comen un pezón, y abriendo más la boca succiona todo. Después al otro lado con un dedo acaricia cuidadosamente, el duro aun, mojado pezón. Pasa la mano por el vientre liso y marcado por un redondo ombligo, escondite de cosquillas. Ya se notan húmedos los bajos y se siente cerca el desvanecimiento, pero quiere que dure más que aun no se acabe...
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