miércoles, 27 de febrero de 2008

Paranoia -2 -

Voy a cerrar los ojos e intentaré dormir, aunque sea un poco; pero mejor pensado que sea mínimo para no soñar y que así no me turben mi desgastada cabeza. Ellos saben que yo sé qué ellos sabe que yo sé. Y quieren meterse dentro de mí en todo momento. Cuando abro la boca, cuando respiro y si pueden lo intentan -cuando escucho como se mueven las cosas. Pero su puerta preferida hacia mi interior es el sueño, la pesadilla. Si, esa es por donde mejor me asaltan, porque saben que estoy indefenso, que me ocupa el trabajo de enhebrar esa aguja. con un no hilo. Mis ojos están en su punta, veo como se acerca lentamente hacia el interior de su fin; poco a poco la distancia se hace mínima, y en el instante que ésta es nula... Veo la aguja otra vez al fondo del espacio. Y me doy cuenta de lo que pasa; cada vez que llego a enhebrar se deshace ese trabajo, y debo empezar de nuevo, me angustia y me apasiona a la vez, cada vez más, obligándome a volver a intentarlo.
Mientras pienso en esto, ellos me atacan, atraviesan mi piel y cuanto más me ofusco en la indecible locura, ellos perforan mi carne hasta los huesos. Y me carcomen, construyen túneles, galerías a lo largo de mi cuerpo.

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