lunes, 25 de enero de 2010

1997-2000 LXXV

Destructiva existencialidad
recogida desde la desesperación
de quien ya no vive.
Se busca en la palabra
la solución ideal
al conflicto siempre existente
dentro de la consciencia
tanto viva, tanto muerta.
Es muy fuerte la necesidad
del conocimiento intimo
de todo lo imprevisible
o todo lo incontrolable,
siempre con el deseo
de acotar nuestras debilidades,
aislándose en gruesas corazas
de invisibles escamas
perjuicios y mismos defectos.
Copulando deseos y miedos
se transforman la visión
y el concepto de la vida,
transmutándolo a un sueño
de idílica perfección
en busca a cada momento
de una utópica existencialidad.

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