jueves, 29 de marzo de 2007

El futuro del mañana


El mundo se desmorona ante mis ojos. El cielo se enturbia con las cenizas de miles de hogueras. Las miradas de la gente no llegan más alla de sus propias manos. Las sonrisas buscan una presa cansada.

La lluvia cae, arrastrando la arena fina sobre asfalto viejo. Pies desnudos recorren frias calles en ciudades colapsadas en busca de la suerte, que les de un bocado podrido.

El habla del viento ahoga los gritos, los gruñidos, las miles de plegarias inutiles. Quemando la pequeñas briznas que intentan crecer entre las grietas de los millones de esqueletos, rocas, vidrios y metales.

Un segundo, un instante de total destrucción...

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