viernes, 29 de junio de 2007

NUEVE

... lentamente recupero la cordura aunque sigo dejándome llevar por la irrealidad que veo: a ti delante de mi con tus secretos al descubierto. Como si de una sórdida pesadilla sexual se tratara, no puedo alzarme para sentirte, para creer que es verdad, y quiero creer, deseo tener fe. Puede que este embriagado, demasiado néctar de tu amor he debido tomar, que debo depender de él y que no puedo rechazar. Esta enfermedad que contraje nada más besarte, llamada amor, me destroza más y más ...

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