Veinitisiete
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Historias
...descendiendo las manos por tu espalda, detrás, de ti sin verte los ojos cerrados y los labios algo húmedos, tiemblas. Con las manos ocultándome tímidamente los senos, arrodillada en un frío mármol. Mirándote, estudiando cada linea, cada curva, sobra, color de ti. Acariciándote, saboreándote...
PD: se me ha puesto malito en ordenador, a ver si lo puedo curar en unos días.
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