jueves, 18 de diciembre de 2008

1994-1997 XXXVII

Unas lagrimas brillantes.
Las mejillas empolvadas.
La conciencia perdida.
El olor de flore
ocultando su hedor.
Oídos que no oyen plegarias.
Las manos rígidas
sobre seda y terciopelo.
Un llanto compungido.
Unas salvas atronadoras.
Un bonito cadáver.

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