jueves, 27 de diciembre de 2007

Treinta y cuatro

... Se va haciendo tarde. El sonido del reloj se alarga, se multiplica mientras nos sumimos en un sueño profundo. Abrazado a ti, oliendo a perfume en tu nuca; entrando mi alma en tu sueño. Los minutos pasan, la luna cabalga entre las estrellas; más juntos, apretados; más unidos. La luz del sol abarca poco a poco el cielo. Todo toma su color; el brillo de la vida en tus mejillas. Despiertas, notas mi brazo a tu alrededor. Te das la vuelta para mirarme; estoy dulcemente dormido, me acaricias la cara y piensas...

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