jueves, 11 de enero de 2007

La soledad

En la soledad de mi habitación, no se observa más que el vuelo de un mosquito. Iluminadas sus alas como intermitentes por la luz de la farola, que alarga la sombra de quien a su lado camina, hacia un lugar que mi imaginación no llega a discernir. Con pasos ligeramente pesados, con un roce sobre el cemento del suelo, con un tintineo de llaves. Llaves que abriran puertas a otras realidades, a otros mundos. Donde ojos compuetos miran la sombra que llena la pared de mi habitación, fundida al suelo; y la luz parpadeante de la farola brilla como un sol.

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