sábado, 9 de diciembre de 2006

Frio, frio, y cafe calentito


Cada día levantarse en esta casa es más una carrera de supervivencia. Solo con pisar el suelo desde la cama calentita, los dedos de los pies empiezan a sentir los primeros síntomas de congelación.

Un pequeño hilo de "frescor" comienza a subir por las piernas, hace un giro en la cintura rodeándote para subir lentamente por la espalda, instalandose como las agujas de un alien en la columna , la base de la nuca. Y va haciendo que te encojas, como un gusarapo en la noche.

Arramplas con toda la ropa posible, embutiendola como si de una cámara atrás del pelado de una cebolla. Sales maldiciendo, hacia el baño, que, ¡sorpresa! te lo han cambiado por un ultimo modelo en hielo. Las almorranas te despiertan totalmente con un fino pinchazo hipodérmico.

Volviendo a maldecir vas a la cocina donde ves tu solución, la cafetera y el microondas. Primero piensas en meter las manos en el micro para calentartelas, pero luego recuerdas como se arrugaban los regalices en ese vídeo de Internet. Bien haces un cafelito y calientas la leche hasta casi fundir la taza. Una, dos, tres cucharadas de azúcar (que tu eres muy goloson), remover una dos veces y a probar los caliente que está. !Joder! quemadura de tercer grado, pero para calentar ese cuerpo rollizo el punto de ebullición es lo mínimo.

Bien ya maldiciendo menos, un paseo por la casa para ver como toda la ropa no te hace caso y no se va al armario ella sola. Te sientas frente al ordenador para ver si "alguien" te ha mandado un mensaje y ¡sorpresa! un sorbo de café.... la madre que pario a Paneque, ya esta frío. No se de donde se han sacao eso del calentamiento global, pero aquí en mi casa se esta quedando todo el frío del mundo.

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